XII.- JESÚS EN CRUZ, LA MADRE Y EL DISCÍPULO, Maritza Góngora. “Juan somos todos”
“Junto al madero de tormento, Jesús, al ver a su madre y al discípulo a quien él amaba, de pie allí cerca, dijo a su madre: ‘Mujer, ¡ahí está tu hijo!’. Entonces dijo al discípulo: ‘¡Ahí está tu madre!’. Y desde aquella hora el discípulo la llevó consigo a su propio hogar”.
Tan solo unos momentos antes de entregar su vida terrestre, Jesús, por amor a su madre, María, y por su interés en el bienestar de ella, la confía al cuidado del amado apóstol Juan. Jesús nos deja a todos su madre, nos la confía como a Juan, como nuestra madre también. Para cuidarla, escucharla, María representa la maternidad universal.
Juntos personifican a la Iglesia, aunque de manera diferente. Juan, el discípulo amado simboliza a los “discípulos de Jesús” como a todos los creyentes, y en este sentido, a toda la Iglesia. María, la madre de Jesús, simboliza a la Iglesia misma en su función materna.
En mi interpretación, el discípulo, Juan es un marco donde podemos poner nuestros Rostros.
He utilizado Rostros de mi Vida, Rostros conocidos y desconocidos. La imagen no tiene límite, es continua ya que no hay límite de rostros, ni de colores: SOMOS TODOS, TODOS ESTAMOS ALLI…... TODOS SOMOS JUAN.
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